El recorrido de Mariem tiene, como sus rollitos, un sabor agridulce. Diagnosticada de esclerosis múltiple en 2012, a medida que la enfermedad la invalidaba decidió cambiar de aires, salir de Madrid y recuperar el entorno natural en Piedralaves (Ávila). De forma casi milagrosa, mejoró en poco tiempo, y pronto se inspiró en las personas, el trabajo rural, los productos de la huerta y la vida ‘slow’ para fundar Rollitos Mariem.
El resultado: una nueva vida fruto del amor y la actitud, y un producto casero único, capaz de transportar a los campos de Ávila con inspiración marroquí a todo el que lo prueba.
